|
||
I. Indicaciones.
1. Hipoxemia: PaO2 < 50 mmHg.
2. Shock cardiogénico o hemodinámico.
3. Resucitación cardiopulmonar.
4. Insuficiencia respiratoria secundaria a: neumonía, aspiración de meconio, distress tipos I y II, displasia broncopulmonar, etc.
II. Métodos de administración de O2.
1. Carpa: el más usado. El flujo debe ser suficiente para permitir el lavado de CO2. Suele ser suficiente un flujo de 3 a 5 litros.
2. Mascarilla: puede usarse durante el transporte o en situaciones de urgencia.
a. Ventajas: un medio sencillo de administrar O2.
b. Inconvenientes:
1. Mal tolerado en lactantes.
2. El niño puede quitársela fácilmente.
3. Catéter nasal: no usado habitualmente.
a. Ventajas. Útil en niños con enfermedad pulmonar crónica, ya que permite los libres movimientos del niño y la alimentación por vía oral mientras se administra el oxígeno.
b. Inconvenientes. Imposible determinar la FiO2 administrada a la tráquea. El flujo requerido debe ser regulado en función de la sat. O2.
4. Tubo en "T". En niños con traqueotomía o tubo endotraqueal, hay un flujo continuo de gas. Se necesita un flujo de 3 a 5 litros para lavar el CO2 producido por el niño.
5. Ventilación mecánica. En niños que reciben P.P.I. o C.P.A.P., la concentración de O2 inspirado es suministrada por el respirador directamente en la vía aérea del paciente.
III. Procedimiento.
1. Mezcla de aire y oxígeno, usando:
a. Dos flujímetros.
b. Un nebulizador donde se diluye el oxígeno con aire usando el efecto Venturi. (Solo administra gas a presión atmosférica).
c. Un mezclador de gases que permita marcar la concentración de O2 deseada y administrarla con seguridad, incluso a altas presiones.
2. El oxígeno debe administrarse a la temperatura del cuerpo y humedificado.
Fecha de última actualización: martes 10 de abril de 2001
José Ramón Aguilar
061 Málaga (España)