MANIFIESTO
PARA LA CREACIÓN DE LA ESPECIALIDAD DE
MEDICINA DE URGENCIAS Y EMERGENCIAS EN ESPAÑA

Todos los
seres humanos tienen derecho a la salud. Los Gobiernos
tienen la obligación de poner todos los medios necesarios
para prevenir las enfermedades y los accidentes.
En las
situaciones en que se producen de forma urgente e
imprevista accidentes, ataques terroristas, catástrofes
originadas por la naturaleza o enfermedades agudas y
críticas (infarto agudo de miocardio, traumatismos,
abdomen agudo, traumatismos craneoencefálicos, parada
cardiorrespiratoria, etc.), la Administración, los
Gobiernos, tienen la obligación de poner los medios
técnicos, humanos y organizativos para solucionarlos de
forma rápida, eficaz y satisfactoria.
En estas
situaciones de urgencia y emergencia, la primera
asistencia sanitaria realizada puede determinar de manera
importante la evolución y el pronóstico del enfermo o
accidentado.
Los
Gobiernos tienen la obligación de establecer los recursos
materiales idóneos, vehículos especiales (ambulancias,
helicópteros, aviones sanitarios, etc.), personal
sanitario con formación específica, sistemas de
organización, procedimientos de coordinación y promulgar
la legislación necesaria para atender y solucionar las
demandas crecientes de asistencia urgente y emergente.
En el
siglo XXI, recién comenzado, los ciudadanos solicitan, y
en algunos países exigen, que estos sucesos urgentes que
ponen en riesgo su vida, o un órgano vital para la misma,
sean resueltos de forma inmediata (rápido),
eficaz, casi infalible (resolutiva), con calidad
(profesional) y satisfactoria.
La
demanda social de asistencia médica urgente y emergente
aumenta entre un 3% a un 7%, dependiendo de los países
cada año. En España durante el año 2002, 394 ciudadanos de
cada 1000 solicitaron esta asistencia en los hospitales y
535 la utilizaron con el sistema prehospitalario. En total
929 de cada 1000 habitantes utilizaron el sistema
sanitario para las urgencias y emergencias.
Para
garantizar la calidad asistencial que exigen los
ciudadanos y a la cual tienen derecho, es fundamental que
el personal sanitario que realiza la asistencia urgente
tenga la formación específica necesaria.
Es
necesario definir los contenidos teóricos, habilidades
manuales, actitud y dominio de las situaciones que
deberían constituir el Cuerpo Doctrinal de la Medicina de
Urgencias y Emergencias. Esta formación tiene que estar
basada en el Acuerdo Internacional sobre el core
currículum, que claramente define estas situaciones y
otras, para asegurar que el desarrollo en todos los
campos de la Especialidad se van a seguir adecuadamente.
Los criterios de acreditación serán fijados por las
unidades docentes, Hospitales Universitarios y Academias
donde se impartirían estos conocimientos, los estándares
de equipamientos, los indicadores de calidad, sistemas de
organización y coordinación, legislación necesaria, etc.
Como
otros muchos países, en España la formación específica del
médico de Urgencias y Emergencias se debería realizar en
una Unidad Docente u Hospital Universitario, acreditado
por el Gobierno, de médicos internos residentes tutelados
por profesores, especialistas en la Medicina de Urgencias
y Emergencias, durante un número determinado de años (5
años).
Los
ciudadanos tienen derecho a que les asistan Especialistas
y los Gobiernos la obligación de garantizar ante los
ciudadanos los conocimientos y la formación de los
especialistas.
Hay
países que tienen diferentes sistemas para acceder a la
Especialidad, como la superespecialización, la
capacitación, la certificación partiendo de otra
Especialidad previa y primaria, como puede ser Anestesia y
Reanimación, Traumatología, Cirugía, Medicina Interna,
etc. Es una manera respetable de resolver el problema de
la formación específica, aunque propugnamos que en el
futuro los sistemas sean homogéneos y universales como
sucede en otras especialidades médicas.
Para
España es fundamental e imprescindible la creación de la
Especialidad de Urgencias y Emergencias como
especialidad primaria. No es un área del conocimiento
médico basada en un órgano o sistema. Es un área
transversal, requiere unos pocos conocimientos de muchas
especialidades. La definiríamos como el conjunto de
conocimientos teóricos, habilidades manuales y actitudes
peculiares añadidos en profundidad y/o extensión, a los
recibidos en el periodo de formación universitaria y
académica.
Los
sistemas de autoformación o formación por medio de cursos,
seminarios, máster, etc. no son el método adecuado, son
útiles para la formación continuada y el reciclaje. Sería
un acto de gran irresponsabilidad de la Administración o
los Gobiernos dejar la formación de un cardiólogo, un
neurocirujano, un cirujano cardiaco, un traumatólogo, o un
Especialista en Emergencias a su criterio única y
exclusivamente. En las sociedades modernas y
evolucionadas, los Gobiernos, las Administraciones son el
garante ante el ciudadano de los servicios públicos y más
si cabe en el caso de la sanidad.
Sitges, a 17 de septiembre de 2003.
Luis
Jiménez Murillo Herman Delooz
Joseph P. Wood
SEMES President EuSEM
President AAEM President