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La Pluma del Berrinches
María
la moderna.
La llamamos así, y eso que tiene 63 años.
Pero es que es toda una institución. De toda la vida ha tenido una
panadería al final de la calle, que le ha permitido subsistir, sin
muchos aspavientos, eso sí, con una televisión grande desde hace
unos años a la que mira durante horas. Ella dice que aprende, y toma
notas. Ahora, María, se ha decidido a imitar lo que ve, y se ha
decantado por lo que ella llama “moderna economía de mercado”. Ha
echado sus cálculos y ha visto que, a grosso modo, el beneficio que
obtiene por cada barra de pan, dado que hay muchas panaderías y mucha
competencia, es muy bajo. Y ha decidido, siguiendo el modelo que ve en
las noticias, tirar a tomar por culo cada día 600 barras de pan,
porque ella calcula que así se revaloralizarán, subirá su precio y
podrá ganar más. Que como las fresas. Que si vale pa fresas, vale
pal pan. Y ahí andamos, intentando convencerla de que desista de su
actitud. Pero María, la moderna no es esa la única acción que ha
desarrollado. Como el año pasado ella vendió mucho menos pan porque
en la calle de al lado han abierto dos supermercados, ha solicitado
una subvención para poder mantener la panadería. Que como las
fresas. Que ha tenido mala campaña de pan, y entre todos los españolitos,
pues vamos a sufragar su mal año. María la moderna, astuta ella, se
calla que hace años, cuando era la única panadera del barrio hizo
auténticos montones de pasta. Y no vendía a fiao ni a Cristo.
Está decidida a llevarse todo por delante. Tiene, por lo que
cuenta, unos olivos en su pueblo natal, de toda la vida de Díos, que
le han estado produciendo una pasta gansa, hasta hace 5 años, que por
no se qué bajó el precio del aceite y eso provocó una disminución
en sus beneficios. La dijimos que quitara los olivos, y plantara
papas, cocos, limones, chaletes o cualquier otra cosa que la diera
dinero, pero María la moderna, astuta ella, mantuvo los olivos y
ahora está cobrando un dinero de no se qué comisión europea por
cada olivo que tiene.
María la moderna, a su vez, mira asustada la creciente
inseguridad ciudadana, y espantada como está de que el otro día, en
un pueblo a 800 kilómetros de donde ella vive, han asaltao una
panadería, ha montao una manifestación por la calle EXIGIENDO al
gobierno una mampara protectora para su negocio, y más controles
policiales para las panaderías. María, la moderna, dice
que si vale pa los taxis, también vale pa ella.
Que anda mal de dinero, dice. Que tiene DERECHO a una casa. Que
EXIGE que le den una, YA. Que si no, se va a encerrar en no se donde y
saldrá en crónicas marcianas diciendo que hay que ver, que lo
injusta que es la vida.
María, la moderna, tiene más pasta guardada de la que yo podré
tener nunca. Oficialmente jubilada, María cobra 180.000 al mes de
paga de jubilación. Su hija, auxiliar administrativa, gana unas
130.000. María viaja gratis en autobús. Su hija no. María, no paga
ni una medicina. Su hija, asmática ella, las paga religiosamente. María
viaja por tol país por 15.000 pesetas, hotel y alojamiento incluido.
Su hija, tiene que ahorrar durante meses pa poder pagarse un fin de
semana. Pero, María, es que está jubilada, y su hija no.
Hay que joderse.
Correspondencia:
elberrinches@lycos.es
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José Ramón Aguilar
061 Málaga. España
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