Es el aumento de la frecuencia cardíaca
por arriba de los 100 latidos por minuto en los adultos y en los mayores de los
seis años. A veces esa frecuencia auricular está bloqueada a nivel del nódulo
auriculoventricular (taquicardia auricular con bloqueo, fibrilación auricular,
aleteo) y la respuesta ventricular es menor. En los ritmos ectópicos, como la
frecuencia propia del nódulo auriculoventricular es de 40 a 60 y la de los
ritmos idioventriculares de 35 a 40 latidos por minuto, cuando aumenta (aunque
no supere los 100 latidos por minuto) se habla de taquicardias de la unión
auriculoventricular y ventricular lenta. Algunos autores prefieren denominarlos
ritmos acelerados o rápidos para diferenciarlos de las taquicardias. Cuando son
regulares, con pausas diastólicas iguales, se llaman taquicardias rítmicas;
cuando no lo son, taquiarritmias. En la taquicardia sinusal la frecuencia
cardíaca puede encontrarse entre 100 y 150 latidos por minuto. Puede deberse a
causas fisiológicas: emoción, ejercicio, embarazo, digestión; patológicas:
fiebre, dolor, hipertiroidismo, anemia, enfermedad de Paget, fístulas
arteriovenosas, enfermedad pulmonar obstructiva crónica, shock, insuficiencia
cardíaca, alcoholismo crónico, etc. (muchos de ellos estados hiperquinéticos); o
por drogas: adrenalina, isoproterenol, efedrina, alcohol, cafeína, atropina,
nicotina, entre otras más. La taquicardia supraventricular por reentrada o
recíproca obedece, en un 90 % de los casos, a un mecanismo de reentrada del
estímulo, habitualmente en la zona de la unión del nódulo auriculoventricular
con la aurícula.
Constituye el tipo más frecuente de
taquicardia supraventricular paroxística (el 10 % de estos pacientes tiene una
forma atípica).
Una extrasístole auricular penetra en el
nódulo auriculoventricular y toma dos vías: una queda bloqueada por encontrar la
región en su período refractario absoluto, la otra continúa y atraviesa
lentamente el nódulo (alargamiento del PR), porque se halla en el período
refractario relativo, activa los ventrículos y de allí vuelve a la aurícula. En
un mecanismo circular produce la activación de aurículas y ventrículos. Un
circuito similar puede producirse en el nódulo sinusal y en la región
perisinusal. Clínicamente el paciente presenta una frecuencia cardíaca que
oscila entre 150 y 250 latidos por minuto que le ocasionan sensación de
desvanecimiento, palpitaciones y un estado próximo al síncope, que no es usual.
Los latidos en el cuello son percibidos por el paciente.
El estudio electrofisiológico pondrá en
evidencia la vía de conducción anómala como así también la activación atrial y
ventricular simultánea.
La taquicardia ectópica funcional y la
taquicardia auriculoventricular funcional no paroxística afectan principalmente
a los niños y pueden ocurrir sin alteración estructural del sistema de
conducción cardíaco. Puede ser familiar.
Se observa también en algunas
cardiopatías congénitas. En el síndrome de Wolff-Parkinson-White el mecanismo de
reentrada del estímulo se ve facilitado por la presencia de vinculaciones
auriculoventriculares accesorias, como son el haz de Kent, que une las cavidades
derechas y menos probablemente las izquierdas; las fibras de James que lo hacen
entre las aurículas y el nódulo auriculoventricular; y las fibras de Mahaim que
conectan el nódulo auriculoventricular o el haz de His con la zona posterior del
tabique interventricular. Todas estas fibras explican la alta frecuencia de la
taquicardia de estos pacientes a los que no necesariamente una extrasístole,
porque lo pueden hacer el ejercicio o la emoción, provocan el cuadro.
El comienzo de la taquiarritmia
habitualmente tiene lugar alrededor de la segunda década de la vida y, en la
mujer, el embarazo puede ser el desencadenante y hacer más frecuentes y
sintomáticos los episodios. La sintomatología se caracteriza por la taquicardia
paroxística, conceptualizadas por el enfermo como palpitaciones rápidas, con
desvanecimiento o sensación del mismo, respiración corta, dolor precordial y
debilidad general. Una diuresis abundante, media a una hora después del evento,
demuestran el aumento de la producción de factor natriurético auricular. El
estudio electrofisiológico puede revelar diversos tipos de conducción asociados
al síndrome de Wolff-Parkinson-White. El más común es la taquicardia por
reentrada ortodrómica, durante la cual el impulso eléctrico es conducido a
través del nódulo auriculoventricular y el sistema His-Purkinje, activando el
miocardio ventricular y retornando a la aurícula por las vías accesorias de
conducción. Otro tipo común la constituye la taquicardia antidrómica, donde el
impulso atrial es conducido en dirección anterógrada a las vías accesorias que
activan los ventrículos en forma excéntrica.